Reparto: Hugh Jackman, Rachel Weisz, Ellen Burstyn.
Otra cinta de de Darren Aronofsky, y ya son tres las que he visto en menos de una semana. He de comenzar diciendo que hacía tiempo que no me entusiasmaba tanto la fotografía de un film, y es que tanto la iluminación, como las sombras, como el exceso o la falta controlada de luz en cada escena hacen que la pantalla se convierta en un goce para los sentidos. Y digo para los sentidos (no sólo el de la vista) porque también la banda sonora nos acompaña suavemente a través de toda la historia como si de un guante que encajara perfectamente se tratara. Dirección impecable, como siempre. La historia, dura (cómo no), nos narra la lucha continua entre el amor y la muerte, y cómo el primero ha de sobrevivir siempre ante la presencia y posterior desenlace del fin de lo que para nosotros es la vida. Un film triste, pero esperanzador. Hace que recapacitemos sobre las cosas que realmente son importantes en la vida y nos lleva a pensar que el amor por nuestros seres queridos perdura más allá de todas las fronteras.
Lo mejor
La fotografía y la dirección
Lo peor
Alguna escena demasiado abstracta
Mi puntuación .81.
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