Reparto: Ricardo Darín, Muriel Santa Ana, Huang Sheng Huang.
Un ferretero argentino, con muy mala leche pero de buen corazón, coleccionista de sucesos increíbles, y un chino al que le ha ocurrido uno de ellos, cruzan sus anodinas vidas en este film de Sebastián Borensztein, director de La suerte está echada (2005) y Sin memoria (2010). La fábula que se narra es una parábola sobre el dolor, que nos muestra que el único camino posible a seguir es siempre hacia delante. Borensztein hace una autocrítica social acompañada de una buena dosis de humor donde Ricardo Darín es la máxima expresión de la misantropía, convirtiendo así la relación entre ambos personajes en un incesante contraste. Pasar de la comedia a la tragedia en cuestión de segundos es algo que Borensztein sabe hacer a la perfección, convirtiendo este film en una obra que deja un sabor agridulce. La banda sonora se acopla correctamente en el conjunto, acompañando las escenas en cada momento hasta el punto de pasar totalmente desapercibida a nuestros oídos, dando así la importancia que ésta tiene en su justa medida.
Lo mejor
La personalidad del film
Lo peor
Un desenlace previsible
Mi puntuación .76.
Un misántropo, colega entonces de Ayuste.
ResponderEliminarA Roberto, el protagonista, le pega más.
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